martes, 30 de octubre de 2012 By: Jose Vega

Entrevista al Dr.Miguel Ángel Ibañez Sabio



Medicina Tradicional y Natural: un matrimonio necesario

"La medicina convencional sin saberlo ni darse cuenta está poco a poco dando la razón y fundamentando científicamente a las terapias naturales. Y la consecuencia de ello es que se está produciendo una inevitable convergencia entre ambas disciplinas, entre ambas formas de ver la medicina. Lo cual demuestra que no son excluyentes, sino complementarias"

Así piensa Miguel Ángel Ibáñez Sabio, licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona y también diplomado enHomeopatía y Medicina Biológica. Este experto en Fitoterapia e Iridología, ha sido ayudante de Cátedra en el Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de Barcelona, lugar en el que ha desarrollado labores docentes e investigadoras durante 5 años. En la actualidad, compagina la práctica clínica en su consulta de Barcelona con la dirección médica de Homeosor.



Tu perfil profesional refleja un cruce de caminos entre la medicina convencional y las terapias naturales: ¿por qué?

Creo que la medicina convencional presenta una serie de carencias importantes a la hora de diagnosticar y tratar al enfermo. Por otra parte, las terapias naturales llevan utilizándose desde hace miles de años con buenos resultados pero carecen del rango científico que les de el espaldarazo definitivo. Pienso que deben ser complementarias y no opuestas.

En tu opinión: ¿cuáles son las principales deficiencias de la medicina tradicional?

La visión racionalista y cartesiana occidental parte de una concepción excesivamente analítica ya que descompone al ser humano en partes más pequeñas para su investigación, diagnóstico y tratamiento. Tiende a diagnosticar las partes y a tratar sólo las partes con la pérdida de visión de conjunto que eso supone. Esta concepción ha provocado una atomización de la medicina en especialidades y más especialidades y ha llevado a un materialismo excesivo. Se ha perdido la perspectiva del enfermo en su conjunto. Es como si te acercas demasiado a un cuadro, llega un momento que sólo ves las pinceladas y no percibes el tema de conjunto. Junto a ello, se ha producido una deshumanización del acto médico. El enfermo es visto como un órgano enfermo a tratar. Si viene por un problema hepático, se le mira sólo el hígado o si es digestivo, el estómago... olvidando que estos órganos están conectados con unas emociones, con una forma de pensar, un estilo de vida y una situación personal y profesional que influyen en él.

¿De verdad influyen tanto las emociones?

Mira, te voy a poner un ejemplo muy ilustrativo. En EEUU, el Ministerio de Sanidad realizó un estudio en el que buscaban factores de riesgo adicionales al infarto de miocardio. Además de los ya clásicos: el tabaquismo, la hipertensión arterial o el colesterol, se descubrió otros dos que se relacionaban de forma más estrecha todavía con él: la insatisfacción en el trabajo y la soledad emocional. Había gente que, sin presentar los factores de riesgo clásicos, había enfermado como consecuencia de la somatización orgánica de un conflicto en el terreno emocional. Curiosamente la mayor parte de infartos de miocardio se producen los lunes por la mañana, al ir al trabajo. ¿Qué quiere decir esto?. Que el ser humano es un todo, un conjunto psico-físico, cuerpo-mente, indivisible, que debe ser diagnosticado como un todo y tratado como un todo. De nada sirve tratar los factores orgánicos, estructurales, que afectan a la función del corazón si no se tratan también factores emocionales y espirituales que influyen en la función cardiaca.

¿Y cómo se trata todo a la vez: el cuerpo, la mente, los sentimientos...?, ¿cómo lo haces tú al menos?

Yo estoy trabajando e investigando en una disciplina que he denominado Homeopsinetología que supone una síntesis entre los conceptos y leyes todavía válidos de la Medicina Natural y los nuevos conceptos derivados de los avances experimentados por la ciencia médica en los últimos 50 años. Se fundamenta en dos subespecialidades médicas altamente novedosas, por un lado, la Psiconeuroinmunología (estudio de las relaciones cuerpo-mente-sistema inmunológico) y por otro, la Inmunotoxicología (estudio de las relaciones entre exposición a tóxicos ambientales y desarrollo de daños en el sistema inmune responsables de enfermedades de etiología desconocida hasta ahora). Ambas contemplan en su cuerpo de doctrina la posibilidad de que la sumación espacio-temporal en el individuo de estímulos o factores estresores-interferentes de baja intensidad y de naturaleza dispar (estresores mentales;estresores químico-tóxicos;estresores físicos como radiaciones ionizantes o campos magnéticos), actuando sobre los sistemas de regulación u homeostásicos del individuo, lleve al desbordamiento de la capacidad límite de adaptación de éstos y, consecuentemente, al desarrollo de la enfermedad degenerativa, que sería ocasionada por un “gota a gota que acaba por desbordar el vaso” o una “suma de muchos pocos”.

Estoy convencido de que a la Homeopsinetología le corresponde la posibilidad real e histórica de zanjar el largo divorcio que las medicinas naturista y académica han mantenido durante los últimos dos mil años. Y ello es así dado que se trata del primer cuerpo de doctrina o teoría médica que cuenta con la fundamentación científica y el grado de desarrollo tecnológico necesarios para convertirse en la disciplina integradora que haga tomar conciencia a los defensores a ultranza de uno y otro planteamiento del arte de curar de la inevitable convergencia que entre ambos métodos terapéuticos se está produciendo.

¿Crees entonces que está próxima la integración de ambas visiones de la medicina?

La realidad es que cuando uno coge una revista de investigación biomédica en el más estricto sentido de la palabra, muchos investigadores convencionales sin saberlo, están fundamentando y dando la razón y respaldando científicamente observaciones, datos y afirmaciones que la medicina natural viene haciendo desde hace dos mil y tres mil años. Podemos poner un ejemplo reciente. En el diario El País del 17 abril de 2001 se incluye una noticia titulada: Terapia de microbios intestinales contra el asma, el eccema y la rinitis alérgicas, es decir: tratamiento del asma bronquial actuando sobre el intestino grueso. Hace cientos de años que en medicina natural sabemos que muchos procesos respiratorios de tipo alérgico, asma alérgico... responden maravillosamente cuando se trata el intestino grueso, el colon. Lo sabíamos empíricamente pero no lo habíamos podido demostrar científicamente. Ahora, a través de un ensayo clínico con 132 niños se llega a esta misma conclusión.
Afortunadamente, la medicina académica ha iniciado un giro, lento pero sostenido, hacia la adopción de un enfoque más sintético y dinámico a la hora de abordar el estudio de ciertos problemas, consciente de que su antigua postura le estaba llevando, a través de la engañosa senda del saber más acerca de menos (especialización), a un final consistente en saberlo todo acerca de nada. Buen ejemplo de esta “revolución” en los conceptos y modus operandi de la medicina oficial son el nacimiento de nuevas ramas que, tanto en la investigación como en la clínica, destacan por poseer unos fundamentos y un enfoque multidisciplinarios. De entre estas nuevas disciplinas destacan las dos que he mencionado antes (Psiconeuroinmunología e Inmunotoxicología) y en ellas estoy basando mis estudios, investigaciones y tratamientos, a través de lo que he acuñado como Homeopsinetología.

¿De qué manera sencilla podríamos explicar el fundamento de esta disciplina?

Las leyes y principios básicos de la Homeopsinetología se basan en lo siguiente: el ser humano posee una serie de niveles de organización (atómico, molecular, subcelular, celular, tisular, orgánico, sistémico) que coexisten simultáneamente en el espacio y en el tiempo y que dotan al organismo de una estructura polinivelada y poliestratificada (semejante a la que presentan las capas de una cebolla). Estos diferentes niveles de organización se hayan íntimamente relacionados desde un punto de vista anatómico, funcional y energético, hasta el punto de que sus estructuras y funciones pueden hallarse solapadas o ser compartidas. En condiciones fisiológicas, estos niveles interaccionan en base a una jerárquica establecida que determina su comportamiento. Todos y cada uno de estos niveles de organización albergan en su seno a los sistemas de regulación o sistemas homeostásicos del organismo, de los que depende el mantenimiento y eventual recuperación de la salud. A partir de aquí, el estado de salud viene definido por el mantenimiento de la integridad anatómica, funcional y energética, así como por una correcta interacción y relación jerárquica de todos los rangos, niveles y planos del organismo. Volviendo al ejemplo de la cebolla, estaríamos hablando de la relación entre sus distintas capas, que para nosotros serían los distintos niveles mencionados.

Lo que todo esto quiere decir es que las enfermedades o desviaciones de la salud pueden estar ocasionadas o ser debidas a alteraciones existentes en los más diversos rangos, niveles y planos del individuo. Por ejemplo, una contractura muscular crónica puede obedecer a una pérdida de la regulación del rango mental provocada por un pensamiento o emoción no digerido o integrado. El correcto manejo de las enfermedades requiere un diagnóstico y tratamiento integrales, es decir: que contemplen todas las dimensiones del individuo y no se limiten al diagnóstico y tratamiento del aparato locomotor como un ente aislado. Hay bastantes antecedentes en investigadores que han estudiado este tipo de relaciones, como las que vinculan los traumas emocionales con el aumento en la incidencia de cáncer, depresión y otras enfermedades crónicas o los estados rígidos y llenos de cólera con la artritis reumatoide...

¿Qué esperas del futuro?

Mi objetivo último es el de convertir el conocimiento empírico en conocimiento científico, que es un grado superior. La medicina naturista es una medicina empírica, en base a observacion de la naturaleza, a ensayo y error, pero que no ha utilizado hasta hace muy pocos años el método experimental. Se trata de dar un grado superior al conocimiento de la medicina natural y hacer que abandone las filas del empirismo para entrar en las del cientifismo, que pase a ser un conocimiento experimental además de empírico, lo que la rescataría de su actual marginación.

Fuente Original;
http://medicinascomplementarias.blogspot.com.es/2008/09/entrevista-miguel-ngel-ibez-sabio.html

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante visión

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con la vision holística del "haciente" y no paciente para poder ayudar a que recupere él mismo su salud ¡
Saludos y ánimos a todos¡
Un médico de familia recién salido de la residencia , y ya alucinada con lo que se ve ¡ Cuánto queda por luchar¡¡ ánimo

Anónimo dijo...

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