Previniendo y tratando todo tipo de enfermedades
María Teresa Ilari es doctora en medicina interna. Vive en Nicaragua desde hace más de 30 años y ha promovido que se legalizaran las Terapias Alternativas en ese país.
Trabaja en la Sanidad Pública y lleva tiempo suministrando agua de mar con muy buenos resultados.
Sus tratamientos se basan en el uso terapéutico del agua de mar y La Nueva Medicina Germánica (Dr. Hamer).
Cada vez son más los médicos que se implican y promueven otro modo de sanar, buscan una medicina natural, respetuosa y en beneficio de todos.
No es posible que algunos quieran continuar ocultando o excluyendo los beneficios que nos ofrece la Naturaleza, es un bien universal, es un bien común.
Uno de los grandes lastres de la actual Medicina es el sometimiento de los médicos a los protocolos de aprobación de medicamentos y terapias desarrollados por las grandes multinacionales farmacéuticas a partir de la Segunda Guerra Mundial. Porque lo que se planteó como un instrumento para salvar vidas hoy se usa para marginar y anular la experiencia clínica de muchos profesionales llevando a la muerte a millones de personas que quizás hubieran podido salvarse si se valoraran más los resultados clínicos es decir, los obtenidos con la práctica médica diaria y se divinizaran menos tanto las meras teorías como las discutibles evidencias “científicas” que en realidad casi siempre se apoyan en puros datos estadísticos. Es hora pues de rebatir el manido argumento que pretende descalificar las sorprendentes -para los médicos más ortodoxos -curaciones obtenidas con la medicina natural, alternativa o complementaria alegando que sus protocolos de actuación no han sido “científicamente constatados” porque ello implica menospreciar al paciente y despreciar la experiencia clínica de numerosos profesionales de la salud. En maria teresa ilari 4pocas palabras, es hora de entender que la evidencia clínica es mucho más importante que la llamada evidencia científica. Porque la primera demuestra que hay personas que mejoran o superan por completo sus problemas de salud con productos y tratamientos no iatrogénicos y la segunda que hay productos -normalmente sintéticos y de graves interacciones y efectos secundarios y tratamientos- basados casi siempre en fármacos patentados que parecen “mejorar” el estado del enfermo nunca curarle, según parecen sugerir ¡las estadísticas!